Anoche coincidimos todos a cenar en casa. No teníamos nada preparado, pero intuyendo la ocasión me anticipé comprando unas chapatas medianas en la panaderia del barrio. El resto sólo era cuestión de imaginación, aunque tampoco hay que devanarse los sesos, abres el frigorífico y la alacena y coges de aquí y allá. Me gusta usar el pan de chapata —su nombre deriva del italiano ciabatta, inventado por Arnaldo Cavallari en la fábrica de harina de su familia en la región del Venetto en los años ochenta, sobre la base ya conocida de un pan similar del Como—, su masa esponjosa, fruto de una suave harina de trigo con gran aporte proteico, aguanta bien el horno. Todos los paninis que elaboramos llevan una base extendida de tomate y queso mozarella, así como hierbas aromáticas como el orégano y en otros la rúcula.
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Atún y jamón york. |
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Queso azul y espárragos blancos. |
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Jamón york y champiñones |
2 comentarios:
Tienen que estar deliciosas, perfecta combinación de ingredientes. Un abrazo, Clara.
Perdona, yo me había hecho seguidora del blog de Dylan, pero no había visto este de cocina, ya me quedo por aquí....
El strómboli, genial pero tus paninis de aupa!!
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