Ingredientes: Un filete de lomo de cerdo, jamón serrano o ibérico, aceite de oliva virgen extra, huevo batido y pan rallado
Elaboración: Requiere algo de paciencia a fin de que el flamenquín no nos quede muy grueso, lo que redundaría en su perjuicio una vez que nos dispongamos a freírlo. Así pues, es importante advertir al carnicero que el filete de lomo es para hacer flamenquín, el buen hombre seguro que nos intentará vender el que hace ya emborrizado, pero se trata de que lo hagamos en nuestra casa. Limpio de brizna y con la ayuda de un mazo el filete se extiende hasta lograr una fina capa. Sobre ésta pondremos las tiras de jamón cortadas en juliana, hay quien usa también pizquitos de jamón, es opcional. Una vez liado el flamenquín y cerrado bien por los extremos, lo pasamos por el huevo batido y, posteriormente, lo cubrimos de pan rallado. En una sartén calentamos el aceite y cuando éste crepite ponemos el flamenquín a freir, dándole algunas vueltas para que se haga por entero, pero sin dejar que se queme. De ahí la importancia de que el flamenquín no sea demasiado grueso.
Guarnición: Normalmente, se presenta con papas fritas, mahonesa y algo de ensalada. A mí me gusta con papas fritas cortadas en tacos gruesos, algo de verdura en juliana –sugiero la col –puede ser también lombarda-, zanahoria y tomates cherry, todo previamente aliñado aparte, pues conviene que el rebozado del flamenquín no se empape. La mahonesa es opcional, normalmente no la uso en este plato, pero de hacerlo me gusta un alioli suave.
Presentación: Cortado en trozos acompañado de la verdura y papas.